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Íñigo Manso, Director Élite Business Club: “Nos orientamos a la mediana empresa, muy interesada en crecer en los mercados de habla hispana”.

Por   /   21 diciembre, 2015  /   Sin Comentarios

Por Pedro A. Muñoz.

 

Promovido por un grupo de empresarios de éxito españoles y latinoamericanos, Elite Business Club hace realidad el primer club de negocios privado virtual que reúne a profesionales y empresarios influyentes de ambos lados del Atlántico y que nace precisamente con el ánimo de facilitar e impulsar las relaciones empresariales y económicas en el ámbito del idioma español, además de en Brasil y las principales zonas de influencia del español en Estados Unidos.

Elite Business Club es el primer foro transversal y transnacional orientado al fomento de las relaciones de negocio entre sus socios, aprovechando el enorme potencial que ofrecen los ecosistemas on-line y la interacción en tiempo real, promoviendo la relación profesional y personal. Nacido como un club que opera en un soporte on-line, aunque se proyecta también en el mundo off-line, se orienta sobre todo al mundo de la mediana empresa, que es la que le interesa crecer en otros mercados y poder conseguir contactos en otros países de manera inmediata y total. En definitiva, pretende ayudar al tejido empresarial de 22 países latinoamericanos donde opera, y que así el crecimiento en estos países sea más sencillo, flexible, fácil y funcional.

Íñigo Manso, de Elite Business ClubEn concreto, la plataforma on-line sobre la que se ha construido facilita e impulsa las relaciones profesionales de directivos y empresarios en un entorno privado y selectivo, que replica, en un formato virtual global, ágil y efectivo, la capacidad de crear conexiones de negocio que ofrecen los clubes analógicos. No obstante, en paralelo, ofrecerá servicios off-line en cada uno de los países donde opera, basados en acuerdos con terceros: desde la selección de personal a la asesoría legal y financiera, al margen de de servicios VIPs como el acceso a clubs locales, servicio de recogida en aeropuertos, espacios de reunión exclusivos, etc. Y además, los socios pueden obtener también estudios e informes comerciales y financieros exclusivos y consultar la mayor biblioteca empresarial del mundo. Así mismo, serán los primeros en conocer los planes de desarrollo económico y empresarial en diferentes países, de la mano de sus socios, locales.

“Intentamos ser uno de los grades activadores de la economía en aquellos países en lo que operamos, promoviendo un tipo de relaciones (que ya son habituales desde hace más de un siglo en el mundo anglosajón) basadas en intereses, cultura e idioma común; relaciones que debemos entender como una ventaja competitiva de primer orden”, manifiesta Iñigo Manso, presidente y socio fundador de Elite Business Club, en el curso de una larga conversación con NuevaEmpresa.com.

“Pero –puntualiza– no somos una red social; no queremos recibir spam, ni queremos contar con 200 millones de usuarios. Aspiramos más bien a convertirnos en un referente para los negocios altamente eficaces. En otras palabras, en el club más influyente en el ámbito empresarial de estos países. La idea en reducir los plazos y costes, ser altamente eficientes, compartiendo información, asistencia, asesoramiento y ayuda en las gestiones, acceso a financiación, etc. en las iniciativas de sus socios en cualquiera de los países donde está presente el club”.

– P.A.M: Tal vez en competencia con organismos oficiales o empresariales que en España se dedican a este tipo de funciones y trabajo.

– I. Manso: Nosotros creemos en un modelo colaborativo. No cabe duda el ICEX o las cámaras de comercio desarrollan muy bien sus funciones, pero buscamos algo más, un sentimiento de relación, de pertenencia. Partamos de la base de que la gente que pertenece a este club no lo hace fundamentalmente por una cuestión de vender o comprar productos y/o servicios; quiere, antes bien, una relación basada en el intercambio de experiencias, de conocimientos, elementos para nosotros muy importantes.

En España, actualmente, casi el 70% de las empresas que exportan son pymes que facturan unos 2 millones de euros, las cuales hasta hace muy pocos años no se podían ni plantear acudir a un mercado como el colombiano, peruano o salvadoreño. Y nosotros ayudamos a que ese empresario pueda desembarcar en una economía que le es extraña, ofreciéndole elementos de conocimiento local, de forma rápida, segura y muy barata. Así puede buscar nuevos mercados lo antes posible, lo que le permitirá mejorar los ratios de su negocio.

– P.A.M: Un mercado sumamente atractivo, sin lugar a dudas, pero el momento parece ser bastante especial, ya que la tendencia inversora hacia aquellas economías emergentes parece apuntar a la desinversión. Se habla de un descenso global que podría llegar a 40.000 millones de dólares.

– I. Manso: Es cierto, pero aunque estamos viendo una posible desaceleración no sabemos qué ocurrirá dentro de tres o seis meses. Cuando un grupo de empresarios creamos este club, decidimos, por encima de todo, dar respuesta a una importante necesidad que no estaba cubierta. Además, creo que las crisis van por barrios. No es lo mismo lo que pueda ocurrir en una industria de alimentación en Centroamérica o lo que pueda suceder en una industria petrolera en Brasil. Por otra parte, nuestro enfoque apunta a los dueños y altos directivos de empresas medianas y pequeñas que precisan de ese grado de conexión para poder llevar a cabo sus negocios y establecer relaciones internacionales, abanico que es donde van surgiendo soluciones.

Ahora bien, personalmente, creo que no es malo para una organización nacer en momentos de crisis. En España hemos vivido 14 años con una sensación de “nuevos ricos” y de absurdo, de modo que existe toda una generación de directivos que no saben enfrentar la crisis, ya que nunca han vivido una; estábamos muy cómodos, vivíamos en nuestra zona de confort… Digamos que esta crisis está siendo un reto. Y si algo he aprendido en mi trayectoria de empresario es, sí, a no moverme, pero tampoco retroceder, en los momentos macroeconómicos puntuales. La crisis tiene además un doble significado, y uno de ellos es la posibilidad del cambio, lo cual es bueno, sobre todo cuando en el fondo estamos en permanente cambio.

– P.A.M: Esta crisis complica cada vez más el panorama mundial. Además de sus efectos devastadores, la intensificación de las TIC está abriendo las puertas a la economía digital, proceso que por su velocidad se prevé se imponga a cortísimo plazo, con el agravante de que no se cuenta con suficiente masa laboral especializada. El trabajo, además, se ha convertido en un bien escaso (no hablo de las oportunidades por horas y/o de que con un sueldo de hace un año hoy se paguen tres personas y trabajen más tiempo), y, por otra parte, tampoco las escuelas de negocios están preparando debidamente a la gente para los cambios que vienen.

– I. Manso: Sin olvidar que a partir de Lehman Brothers todos los problemas financieros que han ido surgiendo posteriormente han tenido como fondo la falta de valores. Empresas y organizaciones que, apoyadas en su peso y prestigio, vendían cosas que no se podían vender. Se argumenta que el empresario debe generar riqueza, no sólo para los accionistas, sino también para la sociedad: pagar impuestos, empleados, etc. De acuerdo, pero eso debe hacerlo de una forma honesta. Porque esta crisis es, en primer lugar, un problema de valores, tema que se debería explicar en todas las Facultades desde el primer día de clases. Esto es lo que no es negociable.

Además, no nos gustan las modas ni los ciclos económicos basados en inversiones a muy corto plazo; buscan el beneficio inmediato y ya está. Las inversiones de nuestra gente, por el contrario, deben basarse en un sistema a medio o largo plazo, postura estudiada que ahora mismo es antagónica a la de los políticos, con sus visiones cortoplacistas, que al final sólo crean algo para los próximos cuatro años. Necesitamos generar riqueza para nuestras relaciones y nos planteamos que el mundo heredado debemos dejarlo mejor, objetivo en el que vamos aportando nuestros granitos de arena, y creemos que, si lo hacemos de esta forma, estaremos orgullosos de nosotros mismos. Y pienso también que ninguno podemos decir que estamos dejando mucho mejor que como lo recibimos…

– P.A.M: ¿Y el tema de la formación?

– I. Manso: Sobre preparación y formación de directivos, basta con ver que en los rankings mundiales de universidades ninguno de nuestros centros figura entre los 150 primeros del mundo. Por algo será. Así que debemos recapacitar seriamente sobre cómo estamos formando a nuestros jóvenes, intentando no olvidar la esencia de las relaciones personales. Pero sobre todo creemos que educación y formación continua es algo fundamental para los jóvenes. Ya sea en América o en España, constituye un factor absolutamente clave para el crecimiento; un crecimiento sostenible y duradero.

Para ello, queremos dedicar una parte, concretamente un 0,7% de los ingresos (que objetivamente no es mucho), a Ashoka, la primera red de emprendedores del mundo. Pero a la vez, dentro del Elite Business Club queremos crear un subgrupo con gente con mucha capacidad de influir, con el fin de enviar elementos de desarrollo para diversos sectores, como elementos de información en educación a zonas desfavorecidas de Guatemala, por ejemplo. Gente con contactos que pueda conseguir donaciones (de una editorial, de una constructora que ceda materiales, etc.). No es sólo es tema de dinero, sino también de ayudar a mejorar y a generar esta clase media, que es la que de verdad puede levantar de forma sostenible aquellos países.

– P.A.M: ¿Qué receptividad está teniendo la propuesta de este Club en España?

– I. Manso: La verdad es que está siendo excelente. La gente ha entendido que hacía falta algo así, hasta el punto de que varias personas con capacidad de influir ya nos están contactando. Han encontrado un sitio que quiere contar con un colectivo en el que se enmarquen directivos y empresarios, administradores de empresas públicas y altos cargos de la Administración, colectivo de expatriados de alta dirección, socios directores de formas de inversión, de consultoría…Todos buscaban un sitio seguro, segmentado, profesional, donde no haya spam, donde no haya publicidad y donde, además de utilizar un modelo de plataforma multidispositivos, escalable y flexible, cada uno de los socios que se incorpora al club tiene asignado un gestor personal que le ayudará en todo lo que necesite, tanto en la plataforma como en consulta de la búsqueda de perfiles que puedan no estar dentro del club.

– P.A.M: ¿Y la receptividad exterior? ¿Cómo lo ven?

– I. Manso: Antes de poner en marcha este proyecto recorrí buena parte del continente americano (Estados Unidos, Puerto Rico, México, Colombia, Costa Rica, Panamá, Chile, en Perú, etc.) observando y escuchando, algo fundamental, para enterarme de los puntos de vista de empresarios, inversores, etc. No quería que los fundadores pensasen que habíamos creado algo en el campo teórico y que luego no funcionara; y el “feedback” fue positivo en un 100%, por lo que decidimos actuar. Lo ven como una herramienta más y muy necesaria, pero lo más importante es que funciona. No creo en los milagros, sino en el trabajo bien hecho y en la capacidad de crear cosas que aporten valor. Es lo que hemos transmitido. Nuestra oferta no hace milagros; es una herramienta muy buena para poder ayudar a las empresas. Creo que las ideas, con la suma de las capacidades de mucha gente, de una experimentada élite, han dado como resultado un proyecto realista y atractivo.

– P.A.M: Sobre la creación de este club ¿cuál fue su origen? ¿Con qué tipo de aportes, ayudas, subvenciones, respaldo bancario…?

Iñigo Manso dos, de Elite Business Club– I. Manso: En pocas palabras, es una apuesta/compromiso de 13 altos directivos-empresarios que aportamos los recursos para poner en marcha una idea concreta. No solicitamos ayuda a la atención pública, ni bancaria, ni nada. Nos mantenemos libres para poder realizar lo que queremos. Así es que creamos un modelo que estimamos muy interesante, y así lo ven los socios del club que lanzamos este último verano. Ya está todo creado (servicios, eventos, plataforma, headhunters, etc.), pero son aún insuficientes para generar las conexiones, de modo que los mil primeros socios que se incorporen al club, por ese nivel de complicidad y de empatía, en vez de pagar 1.000 dólares anuales de membresía, que la tienen gratuita de por vida, invierten esa cantidad en la compañía y serán propietarios de Elite Business Plan participando en un proyecto de alto potencia. Reciben además el título de propiedad, el pacto social y el acuerdo de inversión.

Pero que quede claro que nosotros no entramos en la relación de negocios de otros socios. Nuestro objetivo fundamental es conectar a personas con intereses comunes; y a partir de ahí, la relación de negocio es privada, exclusiva y secreta entre ellos. Nuestro modelo es de conexión y oferta de una serie de servicios añadidos a la conexión a los miembros del club. Es verdad que contactamos con empresas que están en clubs, en asociaciones exportadoras, con mercados que tienen interés en relacionarse con otros países, pero no entramos en los negocios de socios.

– P.A.M: Ha hablado de headhunters, tema muy interesante, sobre todo si lo vemos desde el punto de vista de las incorporaciones. ¿Existe algún comité que los vaya filtrando?

– I. Manso: Esta pregunta me parece fundamental. Si algo teníamos claro es que no podíamos bajar el nivel de la segmentación que habíamos decidido previamente. De lo contrario, nos cargamos la esencia del club, así es que adoptamos dos modelos de filtro. El primero, un comité de admisión interno, donde efectuamos la primera selección y en el que lo primero que hacemos es estudiar su perfil. Contrastamos los datos recibidos con otros datos fiables (hay formas de verificarlo de inmediato), y una vez verificado, se admite. Y para cuando no tenemos la información suficiente, hemos establecido/comprobado/estabilizado el proceso de admisión con una compañía de inteligencia de empresario que se llama H4PM (no son exactamente headhunters) y que analiza los perfiles de cada una de las personas, basándose en un modelo de inteligencia empresarial. Y esto es clave.

– P.A.M: ¿Cuándo cree que el club habrá cruzado el umbral de la rentabilidad? Porque esta iniciativa ya está funcionando.

– I. Manso: Funcionar funciona ya, aunque, evidentemente, para nosotros es importante tener una masa crítica en torno a los primeros 600 empresarios-directivos, que es lo que vamos a alcanzar a principios de año, y tener ya en primavera los 1.000 primeros socios en distintos países. Más allá de la rentabilidad de nosotros como empresa, que el “break even” estará por allá, mi objetivo y nuestra obsesión es el servicio a los clientes. Y eso es lo que se está dando ya desde ahora. Yo creo que aquí la diferencia viene marcada por quién aporta valor y quién no aporta valor. Y en ese sentido, nuestro objetivo es conectar con todas estas personas que puedan aportar valor a una y otra empresa, gracias a esa capilaridad de estar en 22 países y en diferentes ciudades de esos países.

– P.A.M: Finalmente ¿no podría suceder que este Club se convierta en un lobby?

– I. Manso: El lobby en España no está bien considerado, pero existe. Es una palabra que creo que no está bien regulada y tiene unas connotaciones… No, lobby no. Queremos convertirnos es un referente; queremos ser un “think tank”. Creo en la diversidad y que con ese nivel de personas y de socios hemos logrado dentro del club un foro en el que potenciamos el intercambio de conocimientos. Somos más bien un referente por esa transversalidad y transnacionalidad en área de conocimientos e industrias, lo que nos va a permitir tener una voz y poder opinar; e incluso ayudar a que los políticos tengan una visión más a medio y largo plazo, que es lo que estamos necesitando.

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Sobre el autor

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