La importancia del entorno de trabajo y de las relaciones sociales, más allá incluso de la propia calidad en el puesto de trabajo, se antojan como elementos a tener en cuenta por las políticas públicas de empleo con el objetivo de mejorar los mercados laborales y superar la crisis económica, según muestra el estudio “¿Puesto de trabajo o ambiente laboral? Calidad del trabajo y crisis económica en España”, realizado por un grupo de investigación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y que profundiza especialmente en el período 2008-2010.
El informe, llevado a cabo a partir de una muestra de unas 9.000 personas del territorio español, revela que, pese a la crisis económica, la calidad del trabajo mejoró sustancialmente entre los años 2008 y 2010 en España, a la vez que constata que la crisis ha modificado la percepción de calidad del trabajo por parte de los trabajadores. En este sentido, según los autores del estudio (Joan Torrent, Pilar Ficapal y Ángel Díaz), la crisis ha hecho que los trabajadores hayan pasado a dar más importancia a cuestiones como las relaciones entre compañeros, la percepción de más salud y seguridad en el trabajo, mejores condiciones de iluminación y espacio, o más tiempo para conciliar vida laboral y familiar (ámbitos relacionados con las condiciones de trabajo y sociales). En cambio, han dejado de ser tan importantes aspectos como las prestaciones sociales, la satisfacción general con el trabajo o la formación.
El estudio determina que la mejora de las relaciones sociales, la salud y la seguridad laboral, las condiciones laborales y la igualdad de género y la conciliación entre vida familiar y laboral son las cuatro causas principales que marcan la mejora de la calidad laboral en España. Estos aspectos han pasado de representar un 4% del conjunto de la calidad del trabajo en 2008 a casi un 22% en 2010. Por el contrario, la calidad intrínseca, la organización y las condiciones de acceso e inclusión al puesto de trabajo han pasado de representar un 66,1% de la calidad del trabajo en España en 2008 a un 53,1% en 2010.
Por otra parte, la investigación pone asimismo de manifiesto un cambio de perfil de los trabajadores en España durante los dos años analizados apuntando que la crisis económica ha afectado, sobre todo, a los trabajadores con un bajo nivel de estudios, a los que trabajaban en pequeñas empresas, a los de la industria y la construcción, a los del sector privado y a los que tenían contratos temporales.
En esa misma línea, el estudio también señala: que los hombres y los jóvenes también retroceden en la estructura laboral en España; que en 2010 los trabajadores estaban más formados que en 2008 (25,8% respecto a un 22,9% de trabajadores con formación universitaria); que las grandes empresas (más de 250 trabajadores) son las que han mantenido más puestos de trabajo durante este periodo (un 31,2% en 2010, por un 20,3% en 2008); que se ha notado una clara disminución en el sector de la construcción, que baja hasta un 9,6% del total el 2010, mientras que los sectores de la agricultura y la industria se mantienen y el sector servicios crece, representando casi el 70% de la actividad económica de España en 2010; que se ha producido una caída del empleo en el sector privado (79% en 2010 y 85,8% en 2008) y una remontada del sector público, que en 2010 representa casi el 20% de los profesionales en activo; que se ha producido un incremento relativo de los contratos indefinidos, que suponían el 77,2% en 2010, y una caída del trabajo temporal hasta el 22,8% del total en 2010; y que se observa un ligero incremento de las mujeres en el ámbito laboral, que pasan del 41,5% en 2008 a casi el 44% en 2010, mientras que los jóvenes recortan su participación en los mercados de trabajo en España, ya que entre 2008 y 2010 la media de edad creció de 38,6 a 40,9 años.
Imagen cortesía de Ofita
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